«Por mi raza hablará el espíritu»: Conmemoran un siglo de la identidad universitaria

«Por mi raza hablará el espíritu»: Conmemoran un siglo de la identidad universitaria

29 de abril de 2021 Desactivado Por Beatriz Pérez Dávila

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM celebra los cien años de su escudo y lema, creados el 27 de abril de 1921, símbolos de libertad, identidad, autonomía, orgullo, sentido de pertenencia y arraigo.

“Por mi raza hablará el espíritu”. Se trata de una frase de la cuña ideológica del entonces rector y filósofo José Vasconcelos Calderón, de ocho consonantes y todas las vocales en el corazón de un escudo sincrético del águila mexicana y el cóndor andino: “Por mi raza hablará el espíritu”.

En cada documento, en cada título, en exámenes, batas, atavíos, edificios, en libros, imágenes, en la proa de sus barcos, en lo microscópico y en el espacio: el escudo y lema de la UNAM permanecen en el pensamiento y el espíritu del orbe desde la primavera del siglo XX.

Fernando Vizcaíno Guerra, especialista del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), comenta la importancia del concepto raza y la idea de la “raza cósmica” en el lema de esta casa de estudios:

“No hay duda de que Vasconcelos concibe la historia de occidente entre el mundo hispánico y el mundo anglosajón, porque no hay que olvidar el contexto histórico en que se crea nuestro lema; hablamos de los años 20, cuando en Europa, y en buena medida en Norteamérica, existía la idea de una superioridad racial, la de los blancos o arios, particularmente.”

Vasconcelos se opone a esa visión por medio de “la raza cósmica”, la cual reúne las cuatro principales: afros, blancos, asiáticos y amerindios, apunta Vizcaíno Guerra.

“Entonces la raza cósmica no es otra que nosotros los mestizos que, a diferencia de la supuesta raza pura, es una mezcla que por su diversidad constituye la fuente de la fortaleza.”

De ahí que, según el investigador del IIS, también el escudo de la UNAM alude a la relevancia de la unidad iberoamericana para defender su especificidad cultural, su autonomía política, jurídica y territorial frente al mundo anglosajón.

Cuando el rey Carlos V aceptó en 1551 la propuesta de fray Juan de Zumárraga, primer obispo de México, para crear la primera universidad de México concedió, como parte de los favores, el derecho de usar las armas reales en el escudo.

Fue elaborado a finales de 1570; de ahí surgieron dos variantes relacionadas con el otorgamiento de la sanción pontificia a la Universidad, por el papa Clemente VIII en 1595. El cuarto se realizó en 1821 cuando la institución en el México independentista se denominó Nacional y Pontificia Universidad de México.

Al año siguiente, con Agustín de Iturbide como emperador, la Universidad se convirtió en Imperial y Pontificia Universidad de México, y se diseñó un quinto modelo. Sin embargo, tras la caída de Iturbide, y en un lapso breve, se regresó a la denominación e identidad de Nacional y Pontificia.

El sexto fue creado por órdenes de Gabino Barreda para la Escuela Nacional Preparatoria. El séptimo y penúltimo, que se documenta y valida como parte de la historia, data de la época de Justo Sierra y Ezequiel A. Chávez, en 1910.

Cuando se presentó el actual, José Vasconcelos dijo: “El escudo de la Universidad Nacional consistirá en un mapa de la América Latina, con la leyenda ‘Por mi raza hablará el espíritu’”.

El lema y el escudo de la UNAM han acompañado los logros de cada estudiante formado en sus aulas durante estos 100 años y permanecen en el pensamiento y el espíritu del orbe desde la primavera del siglo XX.

Beatriz Pérez Dávila
Beatriz Pérez Dávila

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