Una vez que se desdibujan las fronteras, la seguridad interior escala a la nacional

Una vez que se desdibujan las fronteras, la seguridad interior escala a la nacional

29 de noviembre de 2021 0 Por María Manuela de la Rosa Aguilar

La definición de seguridad nacional, si bien es un concepto general que se refiere principalmente a la soberanía e independencia de las naciones, atiende a la prioridad de evitar cualquier amenaza contra la paz.

El concepto nace en el transcurso de la II Guerra Mundial, cuando la proliferación de armas nucleares puso en riesgo al mundo entero y los Estados Unidos se plantean el considerar al mundo organizado en Estados nacionales, que son las máximas autoridades jurisdiccionales delimitadas  por fronteras definidas y se da por sentado que la principal lealtad de los pueblos es para la nación a la que pertenecen, por lo que el Estado es lo más importante de fortalecer y proteger, ya que incluye una identidad, cultura, historia, patrimonio, territorio y población, que se distingue por esas y otras muchas particularidades dentro de la comunidad internacional.

Por lo tanto, la seguridad se centra en problemas concretos e inmediatos que son prioritarios sobre las demás naciones, en donde, si se llegara a producir alguna incompatibilidad, se deben dirimir las controversias entre naciones; sin embargo, dadas las consecuencias de una guerra nuclear, se vislumbró que la seguridad nacional trascendería las fronteras clásicas, por lo que los problemas de seguridad cada vez son más globales y no afectan sólo a los contendientes.

En Estados Unidos el concepto cambió luego de los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001, cuando el enemigo, que tradicionalmente atacaría fuera de las fronteras, se globalizó, concentrándose no sólo en el exterior, sino prácticamente en cualquier lugar del planeta, donde es un hecho que las fronteras se han desdibujado, por lo que las amenazas a la paz son invisibles y pudieran parecer ubicuas, lo que hace más complejo prevenir y combatir las amenazas a la seguridad nacional, que se centran en: el terrorismo internacional, la inmigración ilegal, el narcotráfico, la delincuencia organizada, la violación a las comunicaciones.

Por lo que la estrategia de seguridad incluye la participación de las corporaciones policiales, las fuerzas armadas, ya sea en espacios públicos o privados, manteniendo una vigilancia permanente en aeropuertos, transportes, comunicaciones, vías terrestres, marítimas, el espacio aéreo, el sistema financiero, internet, etc., pero además, implica la colaboración en el ámbito internacional, con los aliados del Atlántico Norte y la Unión Europea. 

México la define como “la condición indispensable para garantizar la integridad y la soberanía nacionales, libres de amenazas al Estado, en busca de construir paz duradera y fructífera”.

Y si bien la soberanía de las naciones  en general no presenta amenazas exteriores, como históricamente se han dado en busca de conquistas con afanes imperialista o de colonialismo. No podemos decir que la paz reina en el mundo y mucho menos que las naciones no enfrentan serias amenazas a la paz. En realidad la globalización ha desdibujado las fronteras y las amenazas se han transformado, pues no proviene de países contrincantes, sino de crisis sociales que han escalado, de corporaciones, transnacionales y sobre todo de las poderosas organizaciones del crimen organizado.

Es tal la tentación de obtener recursos ilícitamente a través de la delincuencia organizada, que no obstante las cuantiosas ganancias de los bancos, no son raros los casos en que la banca internacional se ha visto involucrada en el lavado de dinero, información que generalmente ha salido a la luz, gracias a investigaciones periodísticas en todo el mundo.

Grandes instituciones financieras en el mundo han registrado movimientos de fondos de origen opaco por billones de dólares; sin embargo, estos movimientos no necesariamente constituyen abiertamente delitos, ya que es tal la complejidad del manejo financiero, que es susceptible de múltiples argucias para que las transacciones puedan pasar casi inadvertidas, sobre todo porque los flujos de capital pueden llegar a perder el rastro después de múltiples movimientos, que incluyen generalmente su tránsito por diversos países, en donde se hace necesaria la participación de la policía internacional, que michas veces carece de convenios.

Por otro lado, las cifras lo dicen todo cuando se trata del crimen organizado: los miles de millones de dólares que genera puede comprar incluso a naciones enteras, pues se estima que genera más de un billón de dólares al año, esto es, 1.5% del producto interno bruto mundial y alrededor del 7% de las exportaciones de mercancías en todo el mundo.

Pero lo más dramático para la seguridad nacional, es que se ha vuelto una amenaza global, ya que ha permeado las fronteras, a través del tráfico de drogas, de migrantes, la trata de personas, el lavado de dinero, el tráfico de armas, la falsificación, múltiples delitos contra la propiedad intelectual y el patrimonio, la pornografía en todas sus vertientes, robo de vehículos, etc.

La migración ilegal es uno de los grandes problemas pues vemos como las fronteras han sido traspasadas, ya que los países se ven de pronto incapaces de contener a los miles y miles de migrantes ilegales que cruzan las fronteras, sobre todo en Europa y el norte de América.

Prácticamente se está dando una invasión de personas a diferentes países, en donde no existe infraestructura suficiente para darles cabida, y menos la capacidad policial y de los órganos de seguridad interior para contener a los miles de migrantes que por muy diversas razones salen de sus países, orillados principalmente por la necesidad.

Estas personas que se han convertido en un “insumo” para la delincuencia organizada, que está reclutando gente de ahí para incorporarlos a sus actividades y a corto plazo incrementará más la violencia y el poder del crimen organizado.

Las vertientes y amenazas para la seguridad nacional cada vez se diversifican más y su complejidad se acentúa, lo que dificulta el combate, sin importar el poder militar, ya que el enemigo se ha vuelto casi imperceptible.

La seguridad nacional es un gran reto global, en donde sólo a través de la participación coordinada de las naciones será posible, tal vez no acabar con este problema, pero al menos sí ir minando su influencia poco a poco hasta poner fin a sus actividades en bien de la paz mundial y el bienestar social.

María Manuela de la Rosa Aguilar
María Manuela de la Rosa Aguilar

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